sábado, 18 de enero de 2014

El brazo tonto de la ley en España. (El policía antidisturbios)

  Parece mentira que el título de la película de Torrente defina tan a la perfección al mercenario del poderoso y del alto burgués, a la artillería pesada del capitalismo y la dictadura, al pseudo ser humano racional defensor del ladrón más carroñero de una nación, al asesino de la libertad de expresión, a la violencia personificada contra su propio pueblo, el cual no hace otra cosa que ejercer su libre derecho a manifestarse en contra de un sistema que beneficia a altos cargos políticos, (así como a la Familia Real o los líderes del sistema bancario o de la Iglesia Católica), recortando en sanidad y educación, y limitando las libertades de la clase obrera.

  Y sé que no digo nada que no se haya dicho ya, pero la falta de empatía y sentido común de estos individuos da que pensar y reflexionar, y esa reflexión se transforma en necesidad de ser expresada; más ahora que gran parte de incidentes provocados por estos perros guardianes del gobierno ha estallado en las redes sociales

  Verdaderamente es difícil de creer que detrás de esos uniformes se esconda un ser humano, probablemente con amigos y familia que sufren como el resto de españoles esa mentira del estado a la que llaman 'crisis', actuando como un robot a sus espaldas con el único pretexto de que cumplen órdenes.




   Es irónico, además, que este tipo de individuos suele estar presente en países que sufren o han sufrido una dictadura. No es nada nuevo que el hecho de que los miembros del gobierno de un estado totalitaro priven a su pueblo de libertades (como en este caso el hecho de manifestarse), aunque para ello tengan que usar la violencia. La historia se repite, los malos tratos a su propio pueblo por parte de los mercenarios del poder persisten, como lo hicieron durante la ola revolucionaria de la clase obrera de 1919 de Alemania, donde los «Cuerpos Libres» (Freikorps) se ocuparon de dar leña; o el ejemplo de la matanza de Shaperville durante el apartheid, donde a manos de la policía murieron 69 personas y otras 180 resultaron heridas (mujeres y niños entre ellas) durante una manifestación.

   Y curiosamente, aunque muchos no lo quieran ver así, no es tan diferente la actuación de la policía durante las cargas que ejercen a día de hoy. Ya sea en España, Grecia o cualquier otro país europeo. Policías antidisturbios que irrumpen en manifestaciones cargando tanto contra los manifestantes como contra cualquier persona que casualmente se encuentre en el lugar de los hechos, ya sean menores de edad, ancianos e incluso personas inválidas. Esta es la policía que tenemos pese a que algunos no le den credibilidad, pues hay imágenes que lo demuestran publicadas en los pocos medios que se dignan a mostrar la verdad tal como es, a parte de que personalmente conozca casos de víctimas de los malos tratos de la llamada autoridad; incluso casos que han sido llevados, sin suerte, a Amnistía Internacional.




  Insisto, es difícil de comprender la falta de empatía de estos individuos, el hecho de que sean incapaces simplemente de mostrar un pequeño gesto de empatizar con su propio pueblo simplemente reflexionando sobre las causas que les ha llevado a reunirse para protestar, mismas causas que pueden afectar a sus familias, amigos, e incluso a él mismo. El derecho a manifestarse es un derecho indiscutible para el pueblo, que está por encima de cualquier ley injusta que se imponga, ya que como bien dijo Ghandi «cuando una ley es injusta, lo correcto es desobedecer». Cuando se han hecho huelgas policiales, que las ha habido, nadie les ha privado de su derecho a manifestarse, y menos de manera violenta y con malos tratos... ya es hora de pagar con la misma moneda, digo yo. Y el hecho de que la policía se ponga del lado del pueblo durante una manifestación no es algo tan utópico, ya que ha pasado en varios países, además hace relativamente poco eso mismo pasó en Turín, Italia.


El caso de la disputa de los policías antidisturbios contra un bombero que hacía su trabajo.

  El colmo de la estupidez humana llega con la carta mandada de un policía a la prensa, quejándose de la mala imagen que dan los medios de su profesión. No generalizo, sé que en este país hay miembros de la policía  que hacen bien su trabajo (proteger al pueblo), los cuales seguro que están avergonzados de muchos otros que actúan violentamente contra manifestaciones pacíficas... pero esta es una de las veces que los medios aciertan. Y no soy la persona más afín a la prensa, porque toda esa gente que se manifiesta no son ni extrema izquierda ni proetarras, como he llegado a oír de algunos medios de comunicación, simplemente son ciudadanos como tu y como yo. Dicha carta fue respondida, no por la prensa, si no por un ex-policía jubilado desde una cuenta en Youtube.





  El otro brazo tonto en España. Gamonal ha sido un gran ejemplo en lo que a protestas civiles se refiere en nuestro país. Ejemplo de que sí se pueden lograr cambios sociales a través de la protesta, aunque los que hemos leído algo de la historia ya lo sepamos. Aunque la mayoría de veces la protesta pacífica no es suficiente y desgraciadamente la violencia se hace, a veces, necesaria; sí se puede.

  Y al otro lado es donde se sitúa el otro brazo tonto de España, esa mayoría silenciosa que se queda impasible ante las injusticias sociales. "Si que es verdad que estamos mal, pero poco podemos hacer..." o "esas manifestaciones no sirven de nada, total van a seguir haciendo lo que les plazca mientras puedan llenarse los bolsillos" argumentan algunos desde la más profunda ignorancia. Sí es verdad que piensan que manifestarse es inútil, ahí es donde se expone lo limitados que son mentalmente y lo poco que han leído de historia. Ese españolito medio seguramente ignora que su actual jornada laboral de 8 horas se debe al movimiento obrero de 1919 que paralizó literalmente la economía. 

  El mismo españolito medio que muestra su furia cuando el equipo de fútbol al que idolatra (el cual se mantiene con dinero público) no está a la altura en ese partido de Liga tan importante, pero sin embargo, no muestra dicha furia cuando le están quitando derechos y recortando de su nómina por todos los lados. La táctica perfecta, entretenimiento barato para así poder vaciarte los bolsillos sin que llegues a enterarte. Sí toda la indignación que se muestra en el tema del futbol se mostrara en causas realmente importantes seguro que las cosas serían muy distintas en este país.

  

«La moderna clase proletaria no desarrolla su lucha de acuerdo a un plan establecido en un libro teórico; la actual lucha de los trabajadores es una parte de la Historia, una parte del progreso social, y en el centro de la historia, en el centro del progreso, en el medio de la lucha, aprendemos cómo debemos luchar... Esto es exactamente lo más loable, esto es por lo que este colosal trozo de cultura, dentro del moderno movimiento obrero, define una época: que las multitudinarias masas de obreros fraguan primero con su propia consciencia, con sus propias creencias, e incluso a partir de su propio conocimiento, las armas de su propia liberación.» -Rosa Luxemburg.

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